Objetivos: Cambios en la circulación del líquido cefalorraquídeo en las cisternas de la base cerebral pueden asociarse a la existencia de un quiste de Blake. Presentamos dos casos diagnosticados de hidrocefalia tetraventricular secundaria a quiste de Blake que desarrollaron un quiste supraselar tras la colocación de una derivación ventrículo peritoneal.

Material y métodos: Estudiamos dos niños con desarrollo de macrocráneo, y sintomatología de hipertensión intracraneal. Las RM iniciales mostraron una hidrocefalia tetraventricular asociada quiste de Blake y cisterna supraselar ampliada. En ambos casos fueron tratados mediante la colocación de una derivación ventrículo-peritoneal programable. Los niños tuvieron un seguimiento clínico y radiológico en la consulta. En las RM cerebrales de control se observó la resolución de la hidrocefalia y del quiste de Blake, así como el desarrollo de un quiste supraselar con invasión del III ventrículo y oclusión de forámenes de Monro que requirió fenestración endoscópica.

Resultados: Los casos corresponden a dos niñas de 6 y 8 meses de edad. Tras la fenestración endoscópica del quiste supraselar se consiguió una disminución del quiste y se restableció la correcta circulación del líquido cefalorraquídeo. No se registraron complicaciones postquirúrgicas. Ambas niñas se encuentran asintomáticas.

Conclusiones: El desarrollo de quistes supraselares con afectación del III ventrículo puede ser favorecido tras la colocación de una válvula asociado a quiste de Blake. La fenestración endoscópica del quiste supraselar es una opción eficaz en el tratamiento de estos casos.