Objetivos: La especialidad de Neurocirugía en los últimos años ha experimentado un gran avance tecnológico, con desarrollo de multitud de sistemas que nos permiten diagnosticar enfermedades y llevar a cabo nuestros procedimientos dela forma más precisa y segura. En el ámbito de la cooperación con países menos desarrollados, esto supone una limitación a la hora de desempeñar un papel útil como neurocirujanos. Nuestro objetivo es describir nuestra experiencia en 2 proyectos de cooperación en África, reflejando ventajas e inconvenientes de cada uno de ellos.

Métodos: Describimos la experiencia de 3 miembros de nuestro Servicio que han participado en 2 proyectos de cooperación con África, Madagascar y Zanzíbar, en un total de 6 misiones llevadas a cabo entre 2010-2018. Utilizamos como fuente de datos los registros obtenidos en cada misión.

Resultados: Se realizaron 6 misiones, 3 en Madagascar y 3 en Zanzíbar. El primer proyecto se compone de un equipo multidisciplinario que incluye neurocirujanos y se desarrolla en un entorno en el que no existen medios diagnósticos ni recursos quirúrgicos específicos para neurocirugía. Se trataron quirúrgicamente un total de 10 pacientes, en su mayoría con hidrocefalia, sin que existiera seguimiento posteriormente. El segundo proyecto es específico de Neurocirugía contando con medios diagnósticos y recursos quirúrgicos específicos. Fueron intervenidos un total de 38 pacientes con patología de LCR, infecciosa, hemorrágica, traumática y tumoral. Este proyecto cuenta con personal en formación que lleva a cabo el seguimiento de estos pacientes.

Conclusiones: Nuestra perspectiva acerca de la cooperación en Neurocirugía ha evolucionado en el tiempo y podemos concluir que para que la figura del neurocirujano resulte útil en un entorno de estas características se debe contar con medios diagnósticos y terapéuticos específicos, así como la formación de personal que pueda realizar el cuidado y seguimiento de pacientes y que en el futuro puedan funcionar de forma independiente.