Objetivos: Evaluar la eficacia de la estimulación del nervio vago (ENV) en relación con la disminución del número, intensidad y duración de las crisis, con la reducción del número de anticomiciales y en función de la mejoría de la calidad de vida.

Métodos: Se ha evaluado retrospectivamente la evolución clínica de 70 pacientes con epilepsia refractaria a tratamiento farmacológico, que fueron tratados con ENV. Se han recogido los datos de los meses previos a la intervención y tras 1 año de estimulación vagal. Se ha medido la diferencia en la frecuencia tras la estimulación vagal y se ha clasificado mediante la escala de McHugh (clase I si la reducción es ≥ 80%, clase II si la disminución es del 50-79%, clase III si la reducción es < 50% y clase IV-V si no hay mejoría). También se han recogido los cambios en la duración e intensidad de las crisis y la disminución de la medicación junto con la modificación de la calidad de vida.

Resultados: El 12,86% de los pacientes se clasificaron como McHugh I, el 44,29% como II, el 40% como III y el 2,86% como IV-V. Un 57,15% de los pacientes presentaron una reducción superior al 50% en la frecuencia de las crisis. Un 88% de los pacientes presentaron una mejoría en la duración de las crisis, en el 68% disminuyó la intensidad, un 66% toman menos fármacos y en el 93% mejoró la calidad de vida.

Conclusiones: La ENV ha demostrado disminuir la frecuencia de las crisis, así como la duración, la intensidad y el consumo de fármacos, ofreciendo además una mejoría en la calidad de vida de nuestros pacientes.