C-0351 - FACTORES PRONÓSTICOS EN EL MANEJO DE HEMATOMAS SUBDURALES EN ANCIANOS: ANÁLISIS RETROSPECTIVO Y REVISIÓN DE LA LITERATURA
Neurocirugía, Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
Objetivos: Conocer el pronóstico de los pacientes ancianos con hematomas subdurales agudos y crónicos, analizando aquellas variables clínicas y radiológicas que puedan influir en la evolución.
Métodos: Se presenta un estudio analítico observacional retrospectivo en el que se incluyen pacientes mayores de 75 años diagnosticados de hematoma subdural en el servicio de Neurocirugía de nuestro hospital desde junio de 2015 hasta diciembre de 2019. Las variables recogidas y analizadas fueron: sexo, edad, estancia hospitalaria, puntuación en la escala de comorbilidad de Charlson, toma de antiagregantes/anticoagulantes, puntuación en la escala de Barthel previa al ingreso y al alta, puntuación en Glasgow Coma Scale, presencia de focalidad, densidad, grosor máximo y localización del hematoma, milímetros de desplazamiento de línea media, presencia de complicaciones médicas durante el ingreso, intervención quirúrgica, recurrencia del hematoma y necesidad de reintervención, alta domiciliaria o a otro centro, necesidad de reingreso por complicaciones, mortalidad durante el ingreso, al mes y seis meses.
Resultados: Se ingresaron un total de 195 pacientes, 67 (34%) con subdurales agudos y 128 (66%) con subagudos o crónicos, con edad media de 83 años (76-96). Se intervino el 23% de los subdurales agudos (16) y el 87% de los crónicos (110). 13 pacientes requirieron reintervención por recurrencia. La mortalidad al mes entre pacientes con subdurales crónicos intervenidos fue del 13% y a los seis meses asciende al 27%. Se realiza un análisis estadístico entre variables para definir qué valores se relacionan con mayor dependencia, mortalidad y presencia de complicaciones.
Conclusiones: Los hematomas subdurales en pacientes ancianos son frecuentes y conllevan una mayor tasa de morbimortalidad y complicaciones posquirúrgicas que en jóvenes. Sin embargo, la edad por sí misma no es predictora de mala evolución, debiendo tenerse en cuenta otros factores a la hora de tomar decisiones e informar a los pacientes.