P-125 - ABSCESO CEREBRAL POR AGGREGATIBACTER APHROPHILUS EN ASOCIACIÓN CON DEFECTO SEPTAL ATRIAL Y POSTERIOR DESARROLLO DE ICTUS ISQUÉMICO: A PROPÓSITO DE UN CASO
Complejo Asistencias Universitario de Salamanca, Salamanca, España
Introducción: El absceso cerebral constituye entre el 2-5% de las lesiones ocupantes de espacio (LOE) cerebrales, siendo más común la diseminación hematógena y el Aggregatibacter aphropilus es un germen escasamente reportado en la literatura y que raramente produce infecciones sistémicas graves. Las infecciones agudas contribuyen a un estado protrombótico, de tal forma que un tercio de los pacientes hospitalizados con accidentes cerebrovasculares agudos tienen historia de infecciones en el mes previo al episodio isquémico.
Caso clínico: Mujer de 52 años sin antecedentes relevantes que presenta cuadro de cefalea y vómitos. Se realizan estudios de neuroimagen, donde se objetiva LOE parietooccipital izquierda con captación de contraste en anillo con restricción a la difusión, compatible con diagnóstico de absceso cerebral. Se realiza craniectomía parietooccipital y drenaje de la lesión, con cultivos positivos para Aggregatibacter aphrophilus, completando tratamiento antibiótico dirigido con ceftriaxona. En el posoperatorio presenta cuadrantanopsia inferior derecha y mínima paresia de mano (4+/5), descartando endocarditis mediante ecocardiograma transesofágico, con hallazgo incidental de foramen oval permeable. Tras 22 días de antibioterapia dirigida sufre cuadro súbito de afasia y hemiparesia derecha, realizando resonancia magnética urgente donde se evidencia lesión isquémica aguda insular y frontal izquierda, siendo antiagregada y anticoagulada con heparina de bajo peso molecular hasta que se logró deambulación normal. La paciente presentó posteriormente mejoría de la paresia, con buena evolución clínico-radiológica del absceso y sin empeoramiento de la lesión isquémica.
Discusión: El absceso cerebral debe ser considerado como diagnóstico en un paciente adulto con imagen sugerente de LOE cerebral, incluso sin antecedentes de infección, intervención dental o endocarditis. Aunque su mortalidad ha disminuido, requiere de un diagnóstico temprano puesto que su morbilidad continúa siendo elevada (50%). Asimismo, es necesario considerar antecedentes de infecciones sistémicas como factor de riesgo para la aparición de eventos isquémicos cerebrovasculares.