Introducción: Las fístulas de líquido cefalorraquídeo (LCR) se subdividen en dos grupos principales: traumáticas (iatrogénicas o postraumáticas tras un traumatismo craneoencefálico) y no traumáticas (debidas a hidrocefalia, tumores, defectos congénitos...). Las traumáticas son las más frecuentes, representando el 70% de todos los casos. Se presenta el caso de una paciente con fístula de LCR secundaria a lavados nasales repetidos.

Caso clínico: Mujer de 44 años con antecedente de sinusitis crónica que acude a urgencias por cefalea progresiva e intensa, náuseas y vómitos acompañado de goteo nasal de líquido transparente a través de fosa nasal izquierda tras maniobras de Valsalva y cambios en la posición de la cabeza tras realizarse lavados nasales enérgicos con 4 litros de solución salina y sabor metálico al tragar. En urgencias, la tomografía computarizada (TC) craneal mostró neumoencéfalo en todo el espacio subaracnoideo, con extensión a las cisternas de la base y los ventrículos, además de disrupción de la lámina basilar. La resonancia magnética (RM) confirmó un pseudomeningocele esfenoidal secundario a una fístula de LCR por discontinuidad dural. Se realizó cirugía mediante abordaje endonasal endoscópico para reparar el defecto con grasa autóloga, Surgicel, hueso autólogo y Duraseal. La paciente evolucionó favorablemente con resolución de la fístula y neumoencéfalo y fue dada de alta a los siete días. Este caso destaca la importancia del diagnóstico temprano y el manejo quirúrgico adecuado en las fístulas de LCR, especialmente aquellas relacionadas con maniobras como lavados nasales.

Discusión: Las fístulas de LCR traumáticas iatrogénicas como la que presentamos son excepcionales. La reparación del defecto mediante abordaje endonasal endoscópico muestra resultados favorables en la resolución de la fístula y del neumoencéfalo asociado.