Introducción: Se estima que aproximadamente un tercio de la población global se encuentra afectada por la tuberculosis. Sin embargo, la enfermedad de Pott, una forma de tuberculosis que afecta la columna vertebral, es poco común en nuestro entorno. Su incidencia no llega al 1,05 por cada 100.000 habitantes, siendo por tanto un desafío significativo a la hora del manejo cuando se presenta. La historia natural de esta enfermedad se caracteriza por abscesos fríos que generan efecto de masa y déficits neurológicos debido a la destrucción del cuerpo vertebral anterior. La piedra angular del tratamiento médico consiste en la antibioterapia con múltiples fármacos, reservando el abordaje quirúrgico para aquellos pacientes con déficits neurológicos. Los pilares del tratamiento quirúrgico incluyen el desbridamiento, la corrección de la deformidad de la columna y la fusión estable.

Caso clínico: Presentamos un varón de 47 años sin AP relevantes que acudió a urgencias debido a una crisis dolorosa lumbar de 20 días de evolución, acompañada de hipoestesia y debilidad en los miembros inferiores, junto a claudicación de la marcha e hiporexia y pérdida de peso, sin evidencia de otra patología sistémica. Tras realizar un TAC al ingreso, se observó una fractura-aplastamiento grave de las vértebras T9, T11 y T10, siendo esta última la más afectada con retropulsión del muro posterior y estenosis moderada-grave del canal medular. Se llevó a cabo una descompresión a nivel de D12 junto con instrumentación dorsolumbar. La cirugía se desarrolló sin incidentes, logrando una buena recuperación motriz que permitió el alta a domicilio. El resultado microbiológico confirmó la presencia del microorganismo causante.

Discusión: El mal de Pott, aunque poco frecuente, debe considerarse en pacientes con antecedentes sospechosos. El tratamiento quirúrgico es necesario en aquellos casos que presenten focalidad neurológica, y generalmente arroja resultados favorables en la mayoría de casos.